El mundo de hoy reseña la conducta y los
sentimientos del hombre que lo habita y que, comúnmente, es quien
organiza y diseña los conflictos que le hacen padecer penas y
sufrimientos. Como consecuencia de esto, se crean las incertidumbres y
las apatías para sobrellevar penosamente la carga que otros colocan en
las espaldas. Jesús nos enseña que seamos dóciles, humildes, y que
cuando seamos abofeteados en una mejilla pongamos la otra sin desprecio
al que nos hiere; a deshacernos del abrigo, cuando alguien en atraco nos
pida la capa o alforja de bienes que llevamos consigo
. A perdonar para ser redimidos del resentimiento o rencor; como también, ser perdonados. En estos señalamientos, conocemos la psicología del Maestro Jesús para este tiempo que ahora nos toca vivir, con abusos, extravagancias en los sentimientos e injusticia en la administración de las leyes.
. A perdonar para ser redimidos del resentimiento o rencor; como también, ser perdonados. En estos señalamientos, conocemos la psicología del Maestro Jesús para este tiempo que ahora nos toca vivir, con abusos, extravagancias en los sentimientos e injusticia en la administración de las leyes.
Es
necesario revestirnos de paciencia angelical; pero una paciencia
consciente y elaborada en amor a Dios y al prójimo. Una paciencia más
allá de la que anima a los sentidos para no devolver “ojo por ojo”; en
virtud de que con una actitud así, nos esclavizamos bajo las ruedas que
reciclan: “El tú me haces, yo te hagoÖ”. Es entender, por entonces, que
existen leyes universales que son las que arbitran los actos de todos
los productos, especies y hombres en la existencia-creación, y que,
asumiendo como verdad este postulado o ley, debemos abdicar al instinto
animal, y no recurrir por su misma naturaleza a dar respuestas salvajes
al que inoperantemente nos somete a su dominio de maldad.
Por
tanto, se insiste en desenvolvernos con el conocimiento de Dios y
abandonarnos a su control y guía en todos nuestros asuntos; a
desarrollar el amor que vive en latencia en nuestro interior y se
manifiesta como sentimiento puro; como también, emanciparnos del odio e
ira del que antagoniza con desamor a Cristo inmanente en cada corazón y
vida.
Digamos con amor y paciencia al mundo, a los hombres “La
Paz sea con vosotrosÖ”. Vamos en obediencia a Dios y su Voluntad Divina a
unificar la esencia que nos nutre y se manifiesta como la Unicidad en
la diversidad. Seamos por siempre felices viviendo a buen resguardo de
los valores, que, como, principios de ética y moralidad, son baluarte en
una sociedad sana.
Es imprescindible, por tanto, que el hombre
desarrolle la capacidad conceptual y disciplinada conducta para que
este mundo se encamine y se norme con propiedad justa, en los nuevos
sistemas a accionarse oportunamente para cobijar a la conciencia
autorrealizada en Dios; pudiendo con ello exhibir el amor desarrollado
como el más grande paradigma universal de conquista del Ser.
lucesparaelalma.blogspot.com.
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